Ak Sarai
Ak-Sarai es la enorme residencia de Amir Temur que en el siglo XVI sufrió destrucciones graves.
Amir Temur, siendo el gobernador de gran imperio construyó dos palacios residenciales en Samarcanda (Kuksarai y Buston-sarai), pero muy pocas veces hospedaba en ellas prefiriendo acampar al aire libre, en las afueras de la ciudad, cerca del río Zarafshán. Durante todo ese tiempo Temur soñaba con construir un palacio en su pueblo natal. Soñaba con un palacio, que fuera mucho más grande y mejor que todas las residencias de Samarcanda.
En el año 1380, el imperador decidió realizar lo pensado y reunió en la ciudad de Shakhrisabz a los mejores ingenieros, constructores y arquitectos de diferentes partes de su imperio. Durante 24 años duró la construcción de este gran palacio que terminó un año antes de la muerte de Tamerlán.
Según la leyenda, Temur, que casí nunca sonreía, al ver el palacio no pudo contener su risa de alegría, porque lo que vió, fue precisamente lo que quería. Ak Sarai constaba de unos cuantos patios y tenía unas cien habitaciones de diferentes tamaños. Todas las salas estaban lujosamente decoradas con azul dorado, las fachadas estaban revestidas con azulejos policromados, y el suelo de los patios estaba enlosado con placas blancas.
En el techo del palacio había una piscina con cascadas de agua. ¿Una piscina en el techo del edificio? Incluso hoy en día es una idea de ingeniería bastante compleja, mientras que en aquel entonces parecía un verdadero milagro.
El portal principal del edificio era de unos 70 metros de alto, el patio principal era de unos 125 metros de ancho, y unos 250 metros de largo. ¡Y son las dimensiones de un solo patio!
Por cierto, precisamente en este portal figuraba la frase de Temur: “Si quieres saber lo poderoso que somos, míra a nuestras construcciones”. Tomando en cuenta las dimensiones de Ak Sarai, su decoración, proporciones y novedades de ingeniería, tales como tener una piscina en el techo, no cabía duda alguna en el poderío del gran imperio de Tamerlán.
A continuación están las notas del embajador de Castilla, Rui Gonzales de Clavijo que vio el palacio:
...Estos palacios tenían una entrada larga y una portada muy alta; a derecha y a izquierda de la portada estaban hechos arcos de ladrillo, cubiertos de azulejos, hechos con muchos lazos. Bajo los arcos estaban unas como cámaras pequeñas, sin puertas. Y el suelo, cubierto de azulejos. Esto se hizo para que se sentasen las gentes cuando allí estuviese el señor. Y luego, detrás de esta puerta, se hallaba otra, tras la cual había un gran patio, cubierto de losas blancas y cercado alrededor de los portales de obra muy rica. En medio del patio había una gran alberca de agua. Este patio tenía bien sus trescientos pasos de anchura. Desde este patio se entraba a un gran cuerpo de casas con una portada muy grande y alta, labrada en oro, azul y azulejos, hecha de muy hermosa obra.
Encima de la portada y en medio de la misma, estaba figurado un león, metido en un sol; y también en los extremos figuraba otro tal. Eran las insignias del señor de Samarcanda...
Por desgracia, en 1570 el khan de Bukhara, shaybanida Abdullakhán II, en un ataque de envidia por las hazañas de Amir Temur, mandó destruir el palacio. Sin embargo, Abdullakhán no pudo borrar de la faz de la tierra este edificio monumental – todavía quedan dos pilones de 38 metros de alto y de 20 metros de ancho. ¡Y es sólo una pequeña parte del palacio!
Cuando Uzbekistán obtuvo la independencia, las ruinas del palacio se restauraron en lo máximo posible. Actualmente el palacio Ak Sarai se considera el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y es uno de los monumentos arquitectónicos más famosos no sólo en Uzbekistán, sino en toda Asia Central.
Véase también: Hoteles de Shajrisabz