Mausoleo del Profeta Daniel (La tumba de Khodja Daniyar)
El mausoleo del Profeta Daniel se encuentra cerca de Samarcanda, en la parte norte de la colina de Afrosiab, al lado de la fuente curativa. Hay muchas leyendas relacionadas con la tumba del santo, que cuentan cómo sus restos mortales se encontraron tan lejos de Babilonia, donde él pasó la mayor parte de su vida.
Como se sabe, el Profeta Daniel se venera en tres religiones. En el cristianismo se conoce como San Daniel, en el Islam como el predicador de islam Khodja Daniyar, y en el judaísmo como uno de los cuatro grandes Profetas israelís.
Se sabe que el Profeta fue enterrado supuestamente en Babilonia y / o Susa (actual Schuster). Según la leyenda, Amir Temur, regresando de la ciudad de Susa, trajo a Samarcanda la mano del Profeta. De repente el caballo se detuvo en una colina y dio con pezuña por la tierra. De allí de repente brotó un manantial de agua curativa que existe incluso hoy en día. Al verlo Amir Temur ordenó enterrar los restos mortales del Profeta precisamente en ese sitio.
Según otra leyenda, trás pasar unas decenas de años, la tumba del Santo de repente empezó a crecer y dejó de alargarse al alcanzar unos 17 metros. El mausoleo de vez en cuando se restauraba y se ampliaba. A principios del siglo XX en este lugar se construyó el mausoleo con una fila de cúpulas. Actualmente el mausoleo alcanza unos 18 metros de largo y sigue creciendo.
El mausoleo del Profeta es único porque une a los representantes de tres religiones. Cada año una gran cantidad de musulmanes, cristianos y judíos vienen aquí en plan de peregrinación. En 1996 el Patriarca de toda Rusia, Aleksiy II visitó el mausoleo.
Hay otra leyenda relacionada con el almendro que crece cerca del mausoleo. Una vez el árbol se secó, pero trás pasar un tiempo, por unas circunstancias inexplicables, el árbol se revivió y volvió a florecer.
La fuente de agua curativa existe hasta hoy en día y todos los que han probado el agua señalan su sabor dulce y agradable. Se considera que el agua cura no sólo el cuerpo, sino también el alma. Cabe destacar que desde antaño cerca en el río habitan los cisnes.
Según las creencias, hay que rezar a los restos del Santo y luego atar una cinta en ramas de los árboles que crecen al lado, aunque este ritual no es característico para el cristianismo, judaísmo e islam. Esta tradición queda desde los tiempos del zoroastrismo. Aparte de Samarcanda, los mausoleos de San Daniel se encuentran en Jerusalén (Israel), Mosul (Irak), Susa (Israel) y Estambul (Turquía)..
Véase también: Hoteles de Samarcanda