Shirak
El escritor clásico Polien con un gran respeto da cuenta sobre la hazaña del pastor saks que se llamaba Shirak.
Erase una vez el zar persa Dario I que se preparaba con su gran ejército para ir hacia las estepas de los saksos. El valiente Shirak se hirió asimismo, se desfiguró la cara y con ese aspecto, ensangrentando fue al campamento de los persas, le dijo a Dario que así de cruel le trataron sus coetáneos y que queria vengarse, Shirak se ofreció a los persas para llevarles por caminos conocidos sólo por él, para coger a los saksos desapercibidos. Poseído por el odio hacia sus enemigos, el valiente pastor guio a los persas durante una semana y atrajo a sus enemigos a un desierto sin agua, por lo que pagó con la vida. Deshecho por las crueles torturas de los persas, Shirak, muriendo les dijo: “A pesar de todo, la victoria se queda de mi lado.
Condenando a los persas a morir de sed y hambre, así yo alejo la desgracia de mis coetáneos”.